
Y si volar no es tan difícil,
y si pensar es traicionero,
y si esperar no ayuda al vuelo,
no pienses más, no frenes.
Y si los ojos no esperan nunca,
y si la espera retrasa el vuelo,
y si tu mano se queda muda,
no mires más de lejos.
Y si tus manos están tan mudas,
que ya tus ojos no las escuchan,
que ya tu vuelo se queda ciego,
no le hables más al cielo.
Y cuando esperes el vuelo vivo,
cuando tu aire se haga deseo,
no grites más de lejos,
no pienses tan complejo,
no limpies más reflejos.