sábado, 30 de abril de 2011

Semillitas power



Sartén al fuego.
Copa de vino.
Cuchilla con pocas ganas de filo.
Verduras salteadas.
Chshhhhhhhh hacían cada vez que los lanzaba, fiesta y baile para la cebolla, el zapallo, la zanahoria y todos esos pedacitos de morrón (o ají, nunca recuerdo la diferencia).

Sonaba Cat Power. Era de noche. Yo me imaginaba que las semillitas que llevaban los morrones dentro eran como ovulos, ¿serán realmente bebitos en potencia? Me pregunté... por las dudas los planté.

Unos meses después, con el mate en la mano y no el vino, miraba hacia el balcón y veía a las plantas contentas con la lluvia que caía... miré de pronto esa maceta misteriosa que día a día regaba con amor pero no sabía muy bien para qué... y ahí estaba, era realmente bebito!

Primero sólo vi a uno, al más grande, ya en posición de bajada, de reposar cual murciélago colgando, después empecé a ver al resto que todavía el culito les apuntaba al sol que no había.

Son catorce -dijo la partera- ¡y puede que vengan más!

-Bienvenidos al mundo de los humanos!
-Ehhhh!!! Iujuuuuu!!!
-¿Vos qué querés ser cuando seas grande?
-Yo quiero ser Juliana!
-Yo quiero ser Brunoise!
-Yo quiero ser Cheveu!
-Yo quiero ir al Chop Suey!
-Yo quiero ir a una empanada gallega!
-Yo! Yo! Yo quiero sentir el calor de las brasas y que me llenen de huevos batidos!
-Y yo quiero ser parte del mejor guacamole!
-Y yo yo y...
-Tranquilos chicos, tranquilos... tendré un lugar para cada uno de ustedes... nos vemos en unos meses...
-Y yo! Yo qui..
-Shhh, chito. Sigan creciendo.