viernes, 3 de septiembre de 2010

Hoy

Debe ser que el alma no envejece...
Miro por mis ventanas de pupilas,
miro a traves de las cortinas, de pestañas,
el paisaje cambia,
veloz,
¿quedaran grandes las pieles?
Quizas veas mis venas arrugadas.
Pero es que el alma no envejece.
Se volveran los labios ásperos,
pero los besos, lejos del deterioro,
se rejuvenecen.
Manos estuche,
hombros de percha,
piernas bastones.
Sin temores, así,
o empapada de ellos.
Porque es el alma,
entonces,
quien no envejece.

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