
Si si. Si te parece oscuro metele una luz (de bajo consumo), y si sigue negro, no sé, negro, ahí sí que ya no sé. Es como que… la reja siempre está, y sí, siempre va a estar, pero hay que mandar el ojo pal’ costado y vas a ver cómo se te libera el paisaje… barrote-liberado- barrote-liberado- barrote-liberado- barrote-liberado... (es tipo: “camarrib-a-camabajo-camarrib-a-camabajo…”) y así, caminas y contas, dependiendo de cuantos barrotes tenga la reja… pero claro, ellos nunca ven los barrotes, como que los pasan de largo ¿no? Qué se yo, los optimistas ven así, esos que ven el vaso siempre medio lleno ¿viste? Bueno, seguro que te van a decir esas cosas… como: “ojo, que el árbol no te va a dejar ver el bosque” o los mismos que te dicen: “mirá marmota, si lloras porque no podes ver el sol, las lágrimas no te van a dejar ver las estrellas…” pero tomatelaaaaaa gil de estopa ¿Qué te pasa, te comiste un libro de Bucay? Uno atina a reaccionar así a veces, cuando le vienen con toda esa bolsa de cursilerías, y no es que me den bronca los optimistas, eh, para nada, está todo bien, me encanta que existan, pero bueno, serán sangres diferentes, yo creo que pasa por ahí. Todo pasa por la sangre. Ahora, los quiero ver a los optimistas esos, si les toca hacerse una transfusión, ni te digo de sangre, ya me voy al corazón, ja! Que le claven un corazón de un pesimista, va’ a ver vó’ cómo se te nubla la vista, gil…