lunes, 3 de noviembre de 2008

Casi como el mar


De pronto me encontré en un lugar, donde la sombra era tan espesa como tangible; tan filosa como puñales, tan amarga, tan pesada,
tan presente.- Y vos mirabas desde lo más hondo de aquel cielo, gritándole al viento los silencios de tus penas, que sangrando entre canciones se desarmaban sin respuesta, sin salida, sin consuelo.
Sin quererlo. Sin saberlo. Y yo, con las manos vacías de impotencia, tapé fríamente mis ojos para no escuchar al viento nunca más...


1 comentario:

Mona Sabalones Gonzalez dijo...

hi, it's me euthymic from my other blog. i could not understand everything your wrote, but i enjoyed just the sounds of the words, the recurrence, the rhythm. sometimes not understanding gives a new dimension to the appreciation of writing:)