lunes, 30 de mayo de 2011

Del monoambiente al 2amb.

Los noté limitados. Los noté con poca intimidad. No los vi pegarse, pero puede que anden a los golpes... y como no quiero que tomen la costumbre de pegarse porque si se les hace hábito después en la sartén no los despego más, los pasé a un espacio más amplio...

Les dije que no era gran cosa, que no pude conseguirles media hectárea, pero al menos pasaron de un monoambiente de cuarto o quinto piso a estar en un ph en planta baja.

"Acá si alguno se tira, el piso lo tienen más cerca" les dije mientras los pasaba al macetón que el pino-inquilino dejó libre por morirse de sed (o por ahogarse, nunca supimos bien)

Pero, también les advertí "El estar más arriba los resguardaba de las fieras. Ahora estando en el piso correrán el riesgo de ser atacados por un felino amante de las verduras", no les pareció muy dramático, accedieron de todos modos al nuevo espacio.

Vamos a ver ahora si pueden crecer con más libertad. En breve, imágenes ilustrando la nueva vida de los morrones que van quedando.

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