Si viste cómo te queman los párpados cada vez que cerrás los puños,
¿por qué seguís? ¿Por qué no gritaste ya?
No escupas más tus entrañas en los pulmones del viento,
no entregues más tu sangre a cambio de la culpa espesa
que te asfixia, que te tapa los ojos para no dejarte respirar más...
¿no ves que estás lejos? ¿No ves que no ves?
¿No ves que estoy vacía sin las manos de esta carne que con llagas
se sujeta de tu sien? Soltate, hoy. Acá; soltame, ya. Soltate ya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario