lunes, 29 de septiembre de 2008

Una ventana


¿A quién esperas? Sabes que es tarde ya. Sabes que llueve una melancolía que inunda el alma. Entonces ¿por qué esperas? ¿No ves que es a vos a quien esperan los demonios de aquel infierno paradisíaco? Dejá viajar a tus párpados caídos, dejalos que reposen donde siempre quisieron estar, dejá que hoy cubran ojos ajenos, ojos que ya vieron mucho; ojos que no quieran ver más. Entregá por fin tu mirada a ese viaje temeroso e incansable de no cegarse nunca más.

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